Tras la detención de Ramón Tornedo, Olmos y Robles creían que el caso ya estaba cerrado, pero no es así, porque el asesino tiene un cómplice que seguirá matando a mujeres si no lo detienen lo antes posible. La situación se complica aún más cuando Olmos y Robles se enteran de que su compañera Arrea ha sido secuestrada y tendrán que hacer todo lo posible para salvar su vida.