Mientras los piratas poco a poco se hacen con su territorio, los abandonados se enfrentan a una situación desoladora que ni siquiera los suculentos insectos que pululan por sus dominios consiguen mejorar.Los señores, contando más comodidades, se hacen a la mar. Pero Mahi no está para aventuras: una sudadera de su novio le arranca unas lágrimas.