Eddie, un atractivo preso de gran corazón, solicita participar en un programa de trabajo en una granja que le permita pasar algunas horas fuera de la prisión. Allí se encarga de cuidar a los caballos sintiendo especial predilección por uno de ellos, prácticamente desahuciado. Su empeño en sacar al animal adelante es tal que el equino queda en condiciones de volver a competir.