Llegó sin previo aviso. El virus acabó con la mayoría de la población del mundo en tan sólo unos días, y todos los que sobrevivieron se convirtieron en vampiros con una sed insaciable para... el sexo. Todos, excepto Robby. Es el último hombre normal y virgen en un mundo con una sexualidad desenfrenada. Acompañado de su fiel Basset Hound, Billy, debe hacer frente a la tentación de este mundo de lujuria y sensualidad para no convertirse en una criatura no muerta.